Fundamentos II.



“Hay obras que utilizando temas revolucionarios expresan contenidos reaccionarios, y hay otras que, sin desarrollar una anécdota elaborada, simplemente pintando un desnudo o un paisaje, por ejemplo, están cargadas de un profundo contenido revolucionario (…)  dejemos bien sentado para evitar interpretaciones erróneas, que la anécdota por sí sola no basta para calificar de revolucionaria a una obra artística y mucho menos para juzgar su calidad.”

Es muy común en ciertos círculos intelectuales y artísticos pequeño-burgueses, adoptar frente al proletariado —y a su condición de clase explotada— una actitud sensiblera y llorona, que nada tiene que ver con las tareas que impone la verdadera lucha revolucionaria. (…) estos sedicentes «artistas sociales» se solazan en representarnos, con un estilo francamente deprimente, todos los aspectos negativos del proletariado, su miseria y sus derrotas (…) No queremos decir con esto que deban ocultarse esos aspectos negativos de la realidad. Todo la contrario: deben denunciarse, pero a través de formas que indignen estimulando, no que depriman; que reflejen la capacidad de superar derrotas circunstanciales; que manifiesten los profundas contenidos de nuestra realidad, una realidad revolucionaria, y que estos «artistas sociales» son incapaces de captar, primero porque no son creadores y segundo porque están tan alejados de las masas, a las cuales pretenden expresar, que ignoran el verdadero espíritu que bulle entre ellas”.

Ricardo Carpani. Arte y Revolución en América Latina.




“No soy un idealista, ni un inocente soñador de los de Rolland (…) Todo es una lucha brutal y absurda por el poder…y a mi sencillamente me falta la fe para imaginarme un mañana tan hermoso con ángeles.

Mi observación crítica siempre es una suerte de pregunta sobre el sentido, el fin y el objeto...pero rara vez hay una respuesta satisfactoria. Por eso hago mis dibujos a modo de respuesta. ¡Sobrios y sin secretos!”

George Grosz. En “George Grosz, Los años de Berlín”



“Según dicen, mis pinceles son demasiado fuertes (...)¿Quiere saberse la razón? (...) Nunca, repito, nunca pintaré el crimen bajo otros colores que los del infierno; quiero que se lo vea al desnudo, que se le tema, que se le deteste, y no conozco otra forma de lograrlo que mostrarlo con todo el horror que lo caracteriza”.

Marqués de Sade. Idea sobre las novelas en Los Crímenes del Amor.

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